martes, 14 de agosto de 2012

Wishes...

Algo más de un mes de casado, todavía me resulta extraño mirar mi anillo y ver una alianza o llamar a Sara "mi mujer".... pero eso lo cura el tiempo.
Quizá debería escribir una entrada acerca de lo bonita (y corta!!) que fue la boda, de lo bien que me lo pasé con todos los invitados (aunque a mi me pareció que estuve 1 minuto con cada uno XDDD) o de lo chulo que ha sido el viaje de novios...
Nada de eso contaré ahora, sino que escribiré algo que durante mucho tiempo ha estado en mi cabeza, pero que ahora mismo quiere salir:

<<Tranquilo como las aguas en calma>>. La trayectoria del tajo mortal era una canción que había bailado muchas veces, y una vez más, le tuvo que replicar al dios de la muerte: Todavía no. Mientras rodaba por el suelo para esquivar la estocada su mano pidió como pareja de baile una de las empuñaduras de las espadas que estaban solitarias por el suelo. Sus armas volaron durante una fracción de segundo por el aire... ahora la espada rota era su guarda, y el nuevo acero su agijón. <<Mortal como una tormenta en el océano>>. Mientras se lamentaba de todas las cosas que no pudo enseñar, una oleada de estocadas pusieron a prueba la habilidad del capa blanca. Treinta segundos más tarde, su adversario estaba desarmado, exhausto y sus ojos reflejaban el miedo que tan bien conocía, el compañero de baile de los que luchan por última vez.

Ser Meryn escupe la sangre de la boca y recupera el coraje, adoptando una postura amenazadora con las manos y pies abiertos. Entonces, le escucha gritar.

-Vamos hijoputa, adelante. Voy a aplastarte esa jodida cabeza con mis propias manos.

<<Rápido como una cascada>>. El baile tiene un principio y un final, y este iba a ser el final. Esta vez no se contentaría con cansar y asustar a su adversario, esta vez buscaría los puntos débiles de la armadura, ahí donde la protección es más débil. El cuello está bien protegido, pero el hombro en cambio es un blanco fácil. Cuando se lanza adelante para buscar la articulación, Meryn Trant hace gala de una inesperada rapidez desviando su espada con el antebrazo y propinándole un manotazo en el pecho que lo lanza de vuelta atrás. Antes de caer consigue posicionar la puntera de un pie en el suelo y con una floritura extiende la otra pierna para recuperar el equilibrio y vuelve a la postura de ataque. No era propio de la primera espada de Braavos fallar una estocada contra un hombre desarmado, ni subestimar un enemigo, demasiados fallos, ahora que Arya estaba a salvo su mente se había relajado.

Pero ser Meryn emitió una sonora risotada. -No tengo por qué morir ahora contra un jodido extranjero. Ser Meryn salió de la estancia al grito de "A mi la guarida".

Pero Syrio Florel no estaba dispuesto a tentar a la suerte dos veces, ahora estarían advertidos y serían más. La primera espada de Braavos no huye, pero en este caso quien había huído había sido su enemigo. <<Es tiempo de desaparecer>>. Y nadie jamás volvió a ver a Syrio en Desembarco del Rey.