Hoy estoy más viejo y más gordo (Todavía recuerdo cuando Zuri me decía que la foto de carnet no corresponde con mi aspecto actual...) y después de estar una semana de despedida continua mi báscula se regocija ( o se regocijaría, si le diera la oportunidad de hacerlo, pues no la piso desde hace dos semanas precisamente por eso ^^ ).
Una semana de despedida continua: Incluye no haber encendido una placa de la vitro ni una sola vez, tener la sensación de explotar todas las mediodías (que me expliquen cómo se lo montan la gente que come todos los días con cheques gourmet para no ser obesos, please) y un sinfín de adioses, besos, abrazos y despedidas no tan sinceras...
Todo un caos, que te supera, una alteración infinitamente satisfactoria de tu rutina, como un enorme meteorito que impacta contra la atmosfera de tu vida y comienza a cambiar el clima, alterar las mareas, provocar seísmos, y supongo que poco a poco, el cambio se estabiliza y la vida vuelve. Esperemos que en un mes puedan estar todas las cajas de mi casa en la basura, y su contenido perfectamente ordenado en mi nueva casa de alquiler (o en la basura! que mi síndrome de diógenes necesita de un censor: Mi niña); haber encontrado un buen gym con un profesor de jiu-jitsu y comenzar de cero otra vez.
Hoy me preguntaba una compañera de trabajo, -"Con todos estos cambios repentinos, Cómo te sientes?". La respuesta es raro. No te crees que te está pasando a tí... Esto y que mi lectora nº1 me pida posteos me ha incentivado a escribir esta entrada del blog.
Espero que las siguientes entradas que vengan no sean de rayadas como las de ahora, con cosas interesantes que lea por ahí (Refritos no por favor!!), aunque aún no sé qué forma le daré al blog... estoy experimentando.
Sin haber estado en dichas despedida, coincido contigo en que seguro muchos han sido unos hipócritas. Seguro que te han deseado parabienes, ánimos y suerte, cuando les importas una mierda. La gente es así. Pero ojo, también deberías saber que no eras el tío más popular del lugar. No encajabas, algo rarito, y no hacías mucho por integrarte, más bien por meterte donde no te llamaban, no acatar las cosas y demás. En otras despedidas se congrega mucha más gente, sin embargo, en la tuya se hubo que llenar, según creo, con los restos de otras celebraciones.
ResponderEliminarPero seamos sinceros, tu también has sido hipócrita. Seguro. Seguro que te has despedido de todo corazón de personas 8ex-compañeros ya) los cuales te daban igual, pensabas que eran imbéciles y que no eran de tu mundo. Es un "quid pro quo".
Además, no sea muy hipócrita. Según nos consta, tu destino nuevo es GRACIAS a un curso de formación que tu (ya ex-empresa) te pagó. Allí hiciste los contactos necesarios. Además, la experiencia y formación clave para irte, te la ha dado tu (ya ex-empresa). Se más agradecido. Cómo bien dices, debiste llegar siendo poco o nada (no me mal interpretes, laboralmente queremos decir) y sales siendo algo más, pero tampoco mucho. Después de tu estancia, sigues siendo un programador de nivel ¿1,2,3...?
En fin, todo esto para decir, que la hipocresía va por barrios, y que tampoco le des mucha importancia. Lo importante es que la nueva vida que se abre ante ti, afrontes con decisión.
Estamos ansiosos de leerlo...
Vaya, parece que es el ataque del anónimo en blogger :)
ResponderEliminarEs una lástima que te hayas quedado de todo lo que he dicho con "la hipocresía" cuando ni siquiera lo he llamado así... (a lo que he dedicado 2 palabras del post).
En cualquier caso harías bien en juzgar lo que ves, si no has estado en ninguna despedida no sabrás cómo ni de quién me he despedido :)
Coincido con que a la hipocresía no hay que darle importancia, pero curiosamente has sido tú quien se la ha dado, no yo.
Termino diciéndote que soy el MÁS TONTO del mundo Matthew ;)
Me alegro que el cambio sea por ser "tonto" ;).
ResponderEliminarMe he apuntado a seguirte y así de paso veo cuantos más "enamoramientos" tiene nuestro amigo Matthew ;). Desde luego este "anónimo" tiene mucho tiempo libre que lo pierde en criticar, pero ni caso (El gesto de amargura del hombre es, con frecuencia, sólo el petrificado azoramiento de un niño), que todos los cambios sean para bien. A ver si te pillo luego y te despido como te mereces.
Un abrazo y suerte.